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PALMA/Concierto
«Palabra de guitarra»
reunió a miles de personas
Fernando Merino
Palabra de Guitarra
Latina ya tiene su referencia de directo. La noche del martes el Coliseo
Balear de Palma sirvió de scenario para ensayar lo que pueden dar
de sí los encuentros entre figures destacadas de las seis cuerdas,
y uno a uno fueron desfilando los contenidos del disco recientemente editado
por BMG/RCA, con la única excepción del tema grabado por
Gil Dor, ausente del concierto por rezones de fuerza mayor.
La referencia inevitable era la Sala Magna del Auditòrium, en noviembre
de 1995, cuando se dio Buena cuenta de los interiors de aquel primer volumen
recopilatorio, entonces dedicado a versions centradas en el repertorio
de influencia anglosajona.
Cerca de cuatro mil personas acudieron al coso taurino de Arquitecto Bennàssar
para asistir a las diferentes combinaciones, y si el nivel ya era alto,
el público se lo pasó todavía major con las apariciones
en escena de Tito Alcedo («Suspiros de España»), Ray
Gómez («Los ejes de mi carreta»), Javier Vargas («Sabor
a mi»), Raimundo Amador («Oye como va») y muy en especial
el portugués Joel Xavier («Vou dar de beber a Dor»).
Sorprendente este joven intérprete que dejó caer toda la
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magia del fado ante el
auditorio que parecía pasarlo en grande.
Una vez cumplimentado el ritual de dar a conocer sobre el scenario los
contenidos del disco, la segunda parte del concierto estuvo dedicada a
ofertarnos una serie de bises, seis en total, entre los que se contaba
el «Joana Lluna» de Bibiloni, atacado por el propio Joan Bilbioni
y además el cubano Toledo, el gaditano Tito Alcedo y el siempre
emergente Tomatito.
Diario de Mallorca
La noche pudo ser más
Latina
Lourdes
Duran, Palma
Unas horas antes
del concierto se concitaba y apelaba al buen sentido los dioses para que
no descargara agua sobre una Palabra de Guitarra Latina que un año
antes ya había sufrido las consecuencias del aguacero. El cielo
se port ó. Fue con la Amapola, de Lacalle, en la cuerdas de Coryell,
acompañado por Joan Bibiloni, Jordi Bonell, Luis Salinas, Bireli
Lagrene, y golpeando el estuche, Dieog Amador, cuado ese proyecto aunador
de estilos y toques se materializaba, ente un auditorio que aguantó
con muy buenas formas la demora de más de treinta minutos el inicio
del concierto.
Eran previsibles los aupas a tomate, a Raimundo Amador, al simpatico “gnomo”
como le llaman algunos al músico de Manacor, pero no hay duda que
fueron Luis Salinas, Ray Gómez y, sorprendetemente,
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Joel
Xavier quines se llevaron el gato al agua.
Hubo momentos de escalofrío como el dúo Bibiloni/Tito Alcedo
marcándose unos Suspiros de España que pusieron en jaque
a la plaza; o el Oye com ova, de Raimundo Amador, muy en lo suyo, desconcertando
a sus acompañantes que sin aliento lo seguian como podían,
pero la firmeza, la finura de las cuerdas de un querubín llamado
Luis Salinas que en solitario mentó a Gardel y ese viajado El dia
que me quieras.
Sin embargo, el recital
pudo dar más de sí, sobre todo en su esperado fin de fiesta,
en el que los equilibios y las contorsiones de los maestros de cuerdas
no lograron trensmitir calor a un público que llevabva sobre sus
posaderas horas de incómodo asiento.
Si las palabras Latinas
se hicieron misivas viajeras en una noche largamente esperada, la foicina
de correos donde llegó la carta no era la más adecuada.
Esos mensajes que espezaron viajando en botella y que ahora hacen en Internet,
se reciben major en locales y en dosis más pequeñas. La
no podia haber sido más latina.
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